jueves, 19 de septiembre de 2013

El Ixtépete perdido y encontrado

Doce mil personas visitan cada 21 de marzo a las ruinas del Ixtépete, localizadas a unos 300 metros del cruce de Periférico con Mariano Otero, merced del equinoccio de primavera –o eso piensa la concurrencia; en realidad dicho evento astronómico casi siempre tiene lugar en Guadalajara el 22 de marzo-. ¿Pero por qué al Ixtépete? Porque, se dice, tiene nexos con la cultura Teotihuacana. Al respecto el arqueólogo Otto Schöndube se muestra prudente –por no decir que francamente escéptico- a la hora de suponer tal correspondencia:“La única relación que se ha encontrado, en un sentido formal, con Teotihuacan, es que una de las sub estructuras de la pirámide tiene elemento arquitectónico que surgió y se desarrolló en toda su amplitud ahí: es lo que llaman los basamentos en talud y tablero. Pero esa idea pudo haber corrido nada más así solita; es como cuando aquí nos llega la moda de hacer mansardas francesas; eso no cambia nuestra forma de vida. (En el caso del Ixtépete) no hay figurillas teotihuacanas; la cerámica es totalmente distinta, y tampoco se representa la religiosidad tan marcada de Teotihuacan en sus imágenes de las pinturas y las figurillas, etcétera. Y además, van un poco desfasados: el Ixtépete es posterior al gran apogeo de Teotihuacan”.

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